Ir al médico en China es realmente una experiencia única, que sin un seguro medico adecuado puede resultar también bastante cara. Hoy quiero compartir la historia de mi última visita a un hospital público chino.
El accidente más estúpido del mundo
Jueves, nueve de la noche. Mi casa es un completo desastre y mañana voy a tener invitados. No puedo retrasarlo más tengo que empezar a limpiar ya.
Las tareas del hogar realmente no son mi fuerte; pero de vez en cuando no lo puedo soportar más y cuando empiezo no puedo dejarlo hasta que todo esté perfecto. Hoy no es una excepción y me pongo a correr de un lugar a otro limpiando como loco.
Después de más de dos horas intensas de trabajo mi cuerpo esta lleno de estamina, corro en dirección al armario en mi dormitorio y me doy con mi pie descalzo contra una columna…
“Joder! Joder! Joder!”
“Me he roto la uña otra vez,” pienso cuando el dolor empieza remeter. Echo un vistazo a mi pie y todo parece que está bien.
“Ey, espera un momento … ¿qué coño está pasando con el dedo meñique del pie? ¿Por qué esta señalando para otro lado?”
Trato de mover los dedos de los pies y …. Um, no me duele mucho.
«Bueno, parece que no esta roto», pienso.
Me pongo hielo en el pie derecho durante unos veinte minutos, pero mi estúpido dedo parece no mejorar. Ahora mismo, es demasiado tarde para conseguir un médico decente en el hospital, así que tomo un pedazo de tela y lo ato a mi pie para mantener mi dedo pequeño del pie en su posición correcta.
Me voy a dormir con un solo pensamiento en mi mente: «¿Cómo puedo ser tan rematadamente estúpido?»
El hospital primer intento
Me despierto, retiro el vendaje improvisado y … no hay milagro. Mi dedo del pie aún sigue señalado al este de Pekín. Es hora de ir al hospital. Elijo el Haidian Hospital, el hospital «decente» más cercano a mi casa.
No es la primera vez que voy a un hospital público chino: Así que estoy listo para pelearme con los otros pacientes, discutir y regatear con el medico las medicinas que debo comprar (o no comprar). Pero primero debo conseguir un numero en la recepción.
Voy al mostrador para registrarme (挂号, guahao), doy mi tarjeta del hospital a la enfermera y le explico mi problema. Ella me mira como diciendo: «¿Por qué no te muertes de una vez, no ves que estoy ocupada?». Sin embargo, me dice de ir al departamento de medicina externa (外科, waike). Le pago la cuota de cinco Yuan y ella me lanza el numero. Lo agarro como puedo y leo lo que está escrito…
«¡Mierda!, me he equivocado de tarjeta del hospital, esta es mi madre!»
El pie me duele y quiero ver al doctor ya. No me importa si, de ahora en adelante, mi nombre es Lidia.
El waike esta situado en la 4 planta, por lo que voy a tomar el ascensor. Una vez allí veo a un montón de pacientes perezosos amontonados enfrente la puerta del acensore, ni siquiera parpadean y cuando la puerta se abra finalmente van a saltar dentro el ascensor lo más rápido que puedan sin ninguna piedad. Decido no correr el riesgo de que alguien pase por encima de mi pie y causé aún más daño, por lo que las escaleras es mi única opción.
Llego al mostrador de medicina externa, donde espero hasta que me asignan un médico. Después esperar un ratito me las arreglo para entrar (por supuesto, después de luchar con el resto de pacientes) y el doctor me dice:
«tienes que ir al departamento de traumatología.»
«¡Joder!» Tengo que ir a la primera planta otra vez a tomar un numero nuevo.
Departamento de Traumatología de uno de los mejores hospitales de Beijing
Bajo las escaleras, saco el número y subo de nuevo hasta el cuarto piso. Voy al mostrador, y la enfermera me dice:
«Será mejor que vayas a urgencias.»
¡Será posible! El dedo del pie me está matando y me tengo que ir de nuevo a la primera planta. Quiero matarme.
Dejo ir otros cinco Yuan para obtener el número para el servicio de urgencias (急诊, Jizhen) y casi sin esperar entro en la consulta. El médico pasa la tarjeta, me mira, mira al ordenador, y me dice:
«Oye, no tienes pinta de ser mujer de sesenta años, ¡vete a sacar una tarjeta nueva!.»
Ok, no hay problema, voy al mostrador de nuevo, pago la cuota y me dan una nueva tarjeta (mi tercera).
Finalmente, después de más de una hora y varias propinas dejadas en el camino, ¡creo que finalmente voy a poder hablar con un médico!
La visita
El médico pasa la tarjeta, me pregunta cuál es el problema y, sin siquiera echar una mirada fugaz a mi pie, me da un papel para ir al departamento de radiología.
«Ah, ya hacia tiempo que no me tomaba una radiografía», pienso.
Consigo mi radiografía y vuelvo al médico.
Diagnóstico: fractura y desplazamiento del hueso.
«Tienes que ir al departamento de trauma, pero no te preocupes: Voy a llamar a un compañero que te puede visitar ahora mismo.»
Acepto su amable oferta. Cuando llego allí, el médico, sin siquiera mirarme, dice:
«Necesitas cirugía.»
«¡Joder! ¿Cuánto cuesta la cirugía? »
«Sólo la cirugía son 5.000 Yuan, entonces tienes que sumar cinco días en el hospital, más medicinas.»
Esto significa que voy a tener que pagar por lo menos 10.000 Yuan (unos 1.200 euros). El dinero no es mi mayor preocupación, al final tengo un seguro. Pero, ¿de verdad puedo confiar en este tipo trasteando con mi pie?
«Gracias,» le digo al doctor mientras me voy. Está claro que el primer médico tiene un acuerdo con él: le pasa pacientes y recibe una tajada de los beneficios. Definitivamente quiero una segunda opinión.
Los hospitales «públicos» chinos solo ganan dinero con medicamentos, tratamientos o pruebas diagnósticas, por lo que siempre van a tratar de presionarte para tomar más medicamentos, hacerte más pruebas o recibir tratamientos que realmente no necesitas.
Vuelvo al departamento de traumatología y mientras espero una ancianita pekinesa se interesa por mi estado. Le cuento mi estúpido accidente y mi ajetreado día e inmediatamente me recomienda otro hospital (que se supone que es más honesto).
«Pero si ese otro hospital es mucho mejor, ¿por qué estás aquí?» Pienso mientras le agradezco la información.
Después de esperar una hora consigo visitar al médico y no hay sorpresa, mira la radiografía y me dice que necesito cirugía. Vale, ¡Ha llegado el momento de saber cómo funciona mi seguro de salud!
Mi pie mientras escribo este post, ¡Sí, uso mi gato como cojín!
Mi seguro médico
La Universidad en la que trabajo se supone que me proporciona un seguro de salud, pero nunca lo he utilizado antes así que no tengo ni idea de cómo funciona. Llamo a uno de mis colegas y le explico mi situación. Después de media hora tratando de entender la complicada burocracia china, consigo hacerme una idea aproximada:
Mi seguro me cubre sólo en el hospital dentro de la universidad, que de hecho es un hospital de mierda en el que tienes mucha suerte si consigues encontrar un médico. En el hospital de la universidad por lo general no son capaces de tratarte: Por lo que emiten un permiso para ir a otro hospital y te cubren el 80% de la tarifa del tratamiento.
En este punto empiezo arrepentirme de que este año no renové mi seguro internacional. Pero ya es demasiado tarde y tengo que pasar por el sistema médico chino.
Voy al hospital universitario y después de una hora de ir de un lado para otro y discutir con los «doctores». Tengo mi permiso para ir a otro hospital.
La tercera opinión
Alrededor de las cinco de la tarde consigo llegar al «Third Peking University Hospital» (北京大学第三医院, Beijing Daxue Disan Yiyuan), el hospital recomendado por la encantadora ancianita. Este hospital es probablemente un hospital bien financiado que pertenece a Beida (Universidad de Pekín), donde se llevan a cabo investigación y formación para los estudiantes de medicina.
Ahora es demasiado tarde para conseguir un número y mi única opción es ir a urgencias y esperar un milagro.
Y… ¡Milagro!
Después de escuchar lo que me ha ocurrido, la primera reacción del médico es mirar mi pie, tocar el dedo del pie. Luego echa un vistazo a la radiografía y me dice:
«Vamos a tener que inmovilizar el pie durante seis semanas»
«¿No necesito cirugía?» Le pido.
«No, solo hace falta corregir el desplazamiento del hueso y eso es todo.»
Decido confiar en él. Al final él es el único médico que me ha examinado el pie. Después de una dolorosa corrección del desplazamiento del hueso, me envía a que me inmovilicen el pie.
Respiro profundamente: «¡No necesito cirugía!, ¡parece que voy a salir de esta también!»
Photo Credits: Piece of Shit Hospital by Jonathan Kos-Read