Sí, me fui de China. No tengo razones de peso para justificar mi elección excepto al hecho de que todo se estaba volviendo demasiado difícil: los contras habían lentamente superado los pros.
Así que empaqué las pocas cosas que poseo y me mudé a Tailandia antes de que el invierno comenzara en Shanghai. Pero aún no ha llegado el momento de hablar de Tailandia. Hoy nada más quiero hablar de lo que echaré de menos del Reino del Medio.
¿Qué voy a echar de menos de China?
En primer lugar, echaré de menos el idioma.
La gente suele decir que es un idioma difícil. Es verdad. Pero sin embargo el chino tiene su propia lógica perversa que no pude encontrar en ninguna de las otras lenguas que hablo. Se trata de una lógica que empiezas a entrever sólo después de años de práctica. Es como resolver un rompecabezas de 9.000 piezas.
Por ejemplo, en China no hay una manera única de decir «Sí» porque la afirmación a utilizar depende del contexto. Podría ser «shi de«, «chi bao le» o, porqué no, mi adorado «en,» que se pronuncia «hmm,» como si te estuvieras aclarando la garganta. Mi ex utilizaba esa afirmación más de lo debido, y por meses la miraba y le preguntaba:
«Pero Feng, la puta que te parió, te he pedido de responder sí o no, ¿Por qué te aclaras la garganta como si fumaras cuarenta Yun Yan al día?»
Luego con el tiempo me acostumbré y empecé a utilizarlo yo también. Aunque creo que en China «en» está reservado para las damas. Bueno no importa.
Echaré de menos el hecho de que podía hablar mandarín, por tanto el idioma local.
En Tailandia he retrocedido de nuevo al papel de farang, que significa diablo blanco, un poco como el laowai chino. Por lo tanto, me tratan como a un extranjero en tránsito que no habla el idioma.
En China me podía ir al mercado de los agricultores a comprar mis verduras sazonadas a pesticidas y hablar en chino con la gente. No es que me consideraba uno de ellos – aún no estoy loco hasta ese punto – pero sé que me respetaban por haber aprendido su lengua y por ir al mercado local en vez de ir al puto City Shop o al Carrefour.
Echare de menos Shanghai con todo mi corazón.
Excluyendo Pudong, que con todo estos rascacielos se ha convertido en un símbolo fálico por definición. Pero, ¿Quién es el perdedor que va a Pudong? Digamos que voy a extrañar Puxi, el centro histórico de Shanghai, ciudad (mala)femmina.
Echaré de menos los bares de Hengshan Road y los restaurantes de Julu Road, en especial el nepalí en la esquina con Fumin Road. Echaré de menos las chicas aventureras que frecuentan los locales de Yongfu Road y los emigrantes de Xinjiang que, a pesar de que les expliqué un millón de veces que no tomo drogas, seguían sin inmutarse y se me acercaban con su eslogan «Marihuana? Hachís? Coke?» cada vez que cruzaba la intersección de Changle Road con Fumin Road. Y cruzaba esa intersección con bastante frecuencia.
No voy a extrañar Xin Tian Di, cueva de pijos y turistas alemanes.
Tengo que decir que la comida china nunca me ha impresionado demasiado. Sin embargo, hay platos que voy a extrañar mucho.
En particular todo aquello que viene de Xinjiang, los jiaozi (sobretodo aquellos del fanguanr regentado por un señor llegado desde Shandong, a dos pasos del Ba Ba Jiuba, discoteca llena de prostitutas), los Lanzhou lamian (osea espaguetis musulmanes de Gansu) y el malatang, la sopa picante de Sichuan.
Echare de menos los trenes chinos
Los que viajamos frecuentes sabemos que los mejores recuerdos son aquellos relacionados con los viajes más difíciles y cruzar en tren Xinjiang no fué una tarea fácil, especialmente después de haber sido impunemente envenenado. Pero éstas son las historias que vamos a contar a nuestros nietos, ¿o me equivoco?
Echaré de menos el caos
Nunca he estado en la India, así que no puedo decir que China es el país más caótico del mundo. Pero sin duda se encuentra entre los tres primeros. Y, como he escrito en el pasado, lo interesante es que aunque la confusión es real, al mismo tiempo es sólo aparente. No, no estoy tratando de venderte la filosofía a paso ligero. El hecho es que en China te vas a encontrar constantemente con nuevos problemas, sin embargo siempre se acaba solucionando todo. Nunca en la forma en que podrías pensar, esto está claro. Pero de todos modos se resuelven. Welcome to China, no preguntes demasiado y vivirás feliz.
Echaré de menos a los occidentales que viven en China.
Sí, ya sé que muchos dicen que los que terminamos en China sólo somos los repudiados. Es como el Asno que acusa de cornuda a la Mula. Si llegaste en China porque en tu país no pintabas nada es normal que atraigas al mismo tipo de gente. Al igual que las personas que van a Tailandia, vuelven y dicen:
«En Tailandia hay sólo puteros italianos.»
Por supuesto, porque eres un putero italiano y terminas sólo en los lugares frecuentados por este tipo de gente (totalmente respetable).
No, la verdad es que en China te encontrarás con un montón de gente interesante. En Beijing más estilo investigador/artista/periodista, mientras que en Shanghai hombres de negocios/playboys de provincia en camisa blanca.
Reconociéndome al menos parcialmente en todas estas categorías, no puedo arrepentirme de mis amistades «chinas.»
Voy a extrañar mi chica.
Ah. No creo que llegué todavía a darme cuenta de lo mucho que la echaré de menos. ¿Qué puedo decir? Al final soy un romántico. Ella no se trata de una típica china, de hecho técnicamente no es china en absoluto, ya que es una pura sangre de Shanghai, de aquellas terribles.
Y por cierto no se parece a ninguna de las chinas que he frecuentado en el pasado. Imagínate, nunca me pidió de casarnos. Ni siquiera me ha pedido de «ser mi novia.» Tal vez es por eso que voy a echarla de menos. O tal vez la razón es otra cosa.
¿Qué será de esta web?
No creo que vaya a cambiar mucho. Primero de todo porqué ya no escribo más sólo, a parte de la gente que publica de manera ocasional como Marta, Pietro o Harley también está Sborto que sigue viviendo en Beijing y nos mantendrá informados de todo lo que esta sucediendo en China.
Además, el hecho de me fuí de China no significa que me esté quedando sin ideas o historias… Sin embargo, todavía estamos en los viajes que hice en 2011, y aquí en el sitio, nunca he hablado de las mujeres (todavía no). Digamos que, a razón de un artículo por semana podría seguir contando cosas sobre China algunos años, incluso sin tener que poner un pie allí : P
Dicho esto, nunca dije que no volvería. No sé si quiero volver a vivir en la Tierra del Medio. Pero probablemente volveré como turista. Y todavía no estoy dispuesto a dejar Asia, por lo que no descarto Taipei y Hong Kong como próximos destinos a largo plazo. Especialmente Hong Kong, si los negocios prosperan como espero.
Por ahora estoy en Tailandia, así que sí, espérate alguna que otra historia de la Tierra de las Sonrisas.
Ah, gracias por haberme escuchado hasta ahora. Ha pasado ya mucho tiempo desde que escribí un artículo de este tipo en Sapore di Cina, simplemente escribir lo que se me pasa por mi cabeza. Acostumbraros, no vas a esperar que escribiré para siempre guías prácticas ; )
[Nota del traductor Sborto: Artículos tan personales como este es difícil captar la esencia del idioma original (italiano), si entiendes el Italiano te recomiendo leer el articulo original ya que algunos matices se me pueden haber pasado por alto]
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