Viajar a China con un recién nacido – La guía completa

El uso del portabebés para viajar a China es altamente recomendado. (Mi familia en Jiuzhaigou) – Foto de Matteo Bosi

Este artículo está dedicado a aquellas parejas que planean un viaje a China con su bebé y quieren hacerlo con la misma facilidad con la que lo hacían antes: dos corazones y una mochila.

Hablo en particular de mi reciente experiencia: he viajado con mi pequeña de un año de vida desde que tenía tres meses por todo el país y por zonas muy diversas. Hay opciones viables y otras no tanto. Cambiar pañales y preparar alimentos para bebés no es necesariamente un obstáculo para descubrir el Reino del Medio.

Llevar a un bebé que llora por China no tiene por qué ser un problema, ni hay que volverse loco pensando que tendrás que estar en todo. Mamá China se encarga de algunas cosas.

Lo fundamental

Cuidado con la multitud si vas con niños. Esta es la cola de entrada a la Ciudad Prohibida en Beijing

Mi primer consejo es abastecerse de medicamentos básicos para tu pequeño: primero, porque en China los fármacos se usan de forma diferente y medicamentos como los antibióticos se suministran por vía intravenosa. Además, tratan con respeto a los extranjeros y es preferible usar otro fármaco que dejar de tomar una dosis. Los problemas menores que ocurran durante el viaje se pueden curar fácilmente con medicina china, pero si no te fías o no la conoces, ve preparado. Además, no encontrarás homeopatía.

Si tu niño o niña aún está en periodo de lactancia, te interesará saber cuál es la actitud general hacia las madres que dan el pecho a sus hijos.

En general, las madres chinas no amamantan en público, al menos en las grandes ciudades. Si lo hacen, se cubren con pañuelos. La situación es mucho más laxa en el campo y en aquellos lugares donde la modernidad no ha afectado a la naturalidad del gesto de amamantar.

¿Mi experiencia? Nunca usaba pañuelo, pero siempre buscaba sitios apartados. Si pides ayuda a los lugareños, no es raro que te ofrezcan una silla en el cuarto de la limpieza, y no es tan malo, porque al menos tendrás un poco de intimidad. Aunque los centros comerciales no tienen espacio para la lactancia materna, podrás encontrarlo (a menudo) en aeropuertos y tiendas de productos para niños.

En cuanto a las comidas para los bebés en proceso de destetarse, hay algunas marcas de alimentos para bebés, incluida Heinz, aunque no existe la misma variedad a la que estamos acostumbrados en Occidente. Todos los centros comerciales tienen al menos una tienda de productos para niños, y los supermercados de la cadena china Suguo también los ofrecen.

Sin duda, los alimentos para bebés son muy cómodos cuando se viaja y tienes que pasar mucho tiempo lejos de la cocina. Se pueden comprar fácilmente los de fruta, pero te será prácticamente imposible encontrar comida con pasta o harina de trigo, de carne (sobre todo las carnes blancas que se encuentran en europa como pavo o conejo) y otros preparados liofilizados para variar un poco la oferta. La costumbre de los chinos es suministrar arroz bien cocido como primera comida y es una posibilidad que puedes considerar si no puedes preparar tú la comida. Además, hay que tener en cuenta que, en China, los paquetes raramente ofrecen las leyendas en otros idiomas.

Pero no te desesperes, probablemente visitarás también ciudades grandes como Beijing y Shanghai donde, si andas escaso de suministros, podrás ir a un supermercado donde vendan productos de importación, más similares a los que estás acostumbrado. Además, los restaurantes occidentales de las grandes ciudades suelen satisfacer las necesidades nutricionales de los lactantes (siempre y cuando no pidas cosas absurdas…).

En cuanto a los pañales, las principales marcas extranjeras están muy extendidas en China, así que no hay problema en ese aspecto. Pero si puedes, elige pañales japoneses. Tras haber probado casi todas las marcas, tanto en Europa como en China, he descubierto que son mejores. El resto de productos infantiles se encuentran sin problema.

Los desplazamientos: ¿Cuál es tu destino?

China engloba un número infinito de lugares, muy diferentes unos de otros. Por lo general, los destinos turísticos más frecuentados no presentan problemas de aislamiento o disponibilidad (alimentos, medicinas, pañales…). Sin embargo, si vas a lugares menos transitados o planeas dirigirte a las regiones del oeste, entonces debes prepararte de manera distinta y más concienzudamente.

Una vez dicho esto, ¿cómo hay que organizar los desplazamientos? Si deseas disfrutar de tus vacaciones, tu pequeño debe estar tranquilo y cómodo.

La montaña y los parajes naturales

Los porteadores de Huang Shan transportan a los turistas que no pueden caminar

En China las rutas para disfrutar de senderismo en las montañas suelen contar con escalones. Hay pocos senderos y si existen, es muy probable que ofrezcan alternativas más convenientes: caminos asfaltados para ir sobre ruedas, lanzaderas o porteadores con sillas. De hecho, en las Tres Gargantas había escaleras mecánicas. Eso no significa que sea fácil llegar allí. Por ejemplo, a la cima de Huangshan solo se puede llegar a pie o pagando a los porteadores. Sí, siempre puedes pagarles para que lleven el carrito y a tu bebé…

En resumen: el carrito es una gran molestia en todos lados. Pero si es un modelo ultra ligero, es una opción, sobre todo si quieres que tu bebé descanse o duerma. En mi caso, siempre he optado por el portabebés con óptimos resultados a nivel de comodidad. Es claramente una solución factible siempre que el peso del trasportado sea tolerable…

Lo mismo se puede decir si sigues las rutas de las terrazas de arroz: en los caminos más frecuentados (por ejemplo, Ping’an) puedes incluso atreverte a usar la silla de paseo. Pero si buscas algo menos concurrido, el portabebés es la solución más inteligente (hasta el punto de que algunos senderos muy pintorescos son completamente intransitables con carrito).

Las grandes ciudades

La multitud de un día cualquiera en el barrio musulmán de Xi’An – Foto de Matteo Bosi

Es de suponer que, si te desplazas por las grandes ciudades, es posible que tengas que usar el metro. Sin embargo, el precio del taxi es incluso más barato, por lo que es sin duda la solución más fácil, sobre todo si vas cargado como un mulo.

Dicho esto, si no hay más remedio que usar el metro, vale la pena tener en cuenta que no todas las estaciones cuentan con ascensores. Además, familiarizarse con el uso de las escaleras mecánicas de antemano es una buena opción para no quedar atrapado entre la gente. Lo peor es la multitud en hora punta si vas con un bebé, pues el flujo ininterrumpido de pasajeros no tiene ninguna consideración por madres y niños.

Ten cuidado con los carriles reservados a motocicletas por los que circulan tantas personas como por las aceras y con reglas nada predecibles. Te aconsejo que prestes atención, pues las aceras están llenas de obstáculos, así que tendrás que ir alternando entre la calzada y la zona peatonal.

En esta sección también encontrarás una nota sobre las tronas: es posible que las encuentres en los restaurantes internacionales de las grandes ciudades y en los chinos, pero no esperes poder sentar a tu hijo en cualquier sitio. Los restaurantes de fideos, comida callejera y similares, no están hechos para el público infantil. Del mismo modo, en lo que respecta a la limpieza de estos sitios, es mejor estar muy pendiente a los movimientos de nuestros jóvenes exploradores.

Rutas ciclistas

O, mejor dicho, ir en bicicleta con el bebé, pues no hay auténticas rutas ciclistas…

Hay ciudades como Hangzhou, donde la bicicleta es el mejor medio para descubrir la belleza del lugar. Al escribir este artículo, las bicicletas públicas en alquiler no están aún dotadas de sillas para niños. La mayoría de los padres utiliza asientos de seguridad metálicos que al parecer están disponibles en las agencias de alquiler mejor equipadas. No he visto asientos delanteros en todos los años que he estado en el país ni los nuevos modelos con estructura envolvente y correas.

Probablemente, si va a utilizar bicicleta, debes avisarlo con antelación al hotel o agencia y preguntar por la posibilidad de obtener un asiento infantil. De esa forma, viajes más ajetreados como el caso de Guangxi resultan agradables y cómodos para niños de entre 10 y 12 meses.

Mi hija viajó en bicicleta con su padre, envuelta en el portabebés, cuando tenía sólo cinco meses. Pasamos el portabebés atrás a los 11 meses porque no tenía silla. Fue un día de campo, nada complicado, pero funcionó de maravilla.

Rutas en coche

Otro problema es el uso del coche. La ley de carreteras de China aún no obliga al uso de los asientos infantiles, aunque se recomienda. Por ello, los conductores hacen oídos sordos, al igual que los taxistas. En mi último viaje por Sichuan, en Jiuzhaigou, tuve que llevar mi propio asiento para el coche y embarcarlo en el avión para evitar tener que llevar en brazos a mi hija de 9 kilos durante todo el trayecto previsto en automóvil, pero, sobre todo, para garantizar su seguridad. No pudimos encontrar un coche con asiento infantil cuando solicitamos un conductor, pues cuando fuimos allí de viaje, la región aún no estaba al día en estas cuestiones.

El tren de alta velocidad

Los tramos de escaleras a la entrada de la estación de Hongqiao en Shanghai, tras los controles de acceso

Los servicios de alta velocidad son muchos más eficientes que los de muchos países de europa. El billete básico o de segunda clase es algo más cómodo que el europeo y ofrece espacio para dejar las maletas y el carrito plegado. Los niños hasta 1 metro y 20 centímetros no ocupan asiento, así que no pagan billete.

Si viajas en segunda clase es muy ruidoso, así que si das el pecho no te recomiendo hacer un viaje largo así. Por un poco más de dinero puedes acceder a primera clase, donde la comodidad del asiento se nota a la hora de amamantar. La clase business (que en China es el vagón de lujo) es mejor que la sala de estar de tu casa (pero cuesta lo mismo que todos los muebles).

Hay baño con cambiador de bebés, pero solo uno para todo el tren. Puede que tengas que pedir ayuda al personal para encontrar una solución alternativa, a menos que quieras recorrerte todo el tren para buscar el cambiador. A bordo no hay alimentos para bebés, con la posible excepción de un poco de fruta.

En cuanto a las estaciones, son lugares inmensos y fácilmente transitables con el cochecito. Pregunta con antelación en qué lado está el ascensor para no tener que volver atrás. Por lo general, en los controles a la entrada de las estaciones, dejan pasar sin mucho problema a las madres con niños, y al entrar al tren hay colas especiales donde tienen preferencia.

Mi consejo es evitar por completo las colas de chinos con prisa que te empujarán para llegar al andén. Opta por entrar primero si la azafata puede abrirte la puerta o espera a que pase la multitud para que te sea más fácil. Muchas puertas se abren veinte minutos antes de que salga el tren, así que hay tiempo de sobra para acomodarse.

Tanto en los trenes (entre cada vagón) como en las estaciones (en la zona de baño), hay una máquina que distribuye agua potable. Estas máquinas suelen ofrecer agua caliente, así que no hay problema con los biberones.

Obviamente me he centrado en esta sección en los trenes de alta velocidad porque dudo que vayas a hacer uso de los trenes cama, también llamados «viajes de la esperanza». Seguramente se trata de una experiencia antropológica interesante, pero no la recomiendo si no hablas chino y viajas con un bebé. Lidiar con la multitud de emigrantes que se desplazan de un extremo a otro del país no es lo más recomendable para familias jóvenes de vacaciones.

Prepárate para lo mejor

Vendedores ambulantes de juguetes a la entrada de un parque en Nanjing

  • En China, el agua caliente no se le niega a nadie. Así que, donde quiera que vayas, encontrarás un hervidor. Si no hay hervidor, habrá un dispensador eléctrico de agua o un termo lleno, por lo que preparar la leche no supone un problema.
  • Sea cual sea tu nivel de desesperación, comprobarás que siempre están dispuestos a ayudar cuando se trata de niños. Las señoras chinas son muy, muy solícitas. Hasta el punto de que su disposición y presencia superan a los de las azafatas de las líneas aéreas, demasiado atareadas para ocuparse de mí, una madre que viajaba sola.
  • En los restaurantes, puedes contar con servicio de cuidado infantil incluido, proporcionado por las camareras (una vez más gracias a la predisposición desinteresada de las ayi chinas). Además, nadie te mirará mal si tu bebé tira bolas de comida a medio digerir al suelo o pinta un cuadro de Klimt en la mesa. De hecho, mi hija de 10 meses vomitó todo lo que había comido en un restaurante y las camareras se sintieron peor por ella que por lo que iban a tener que limpiar.
  • En los lugares públicos, tu hijo será libre de dar rienda suelta a su energía sin recibir miradas de advertencia en respuesta. El niño tiene prioridad en la escala social sobre todo lo demás y las reglas son muy laxas. Esto se aplica incluso si tu hijo está en medio de una crisis de llanto que podría molestar a otras personas: nadie juzgará tu papel como padre. Por ejemplo, si tiene que hacer pis, estás en H&M, no puede aguantarse y no sabes qué hacer, puedes usar como último recurso una papelera y dejar que lo haga allí.

    Hablando de H&M, le di el pecho a mi hija en uno de los probadores con una dependienta haciendo guardia fuera…

  • Si se te acerca un desconocido que insiste en regalarle comida a tu bebé, no te preocupes, no trata de envenenarlo. Dada la importancia que tienen los aperitivos en la dieta local, darle un dulce o un paquete de algo a un niño es una simple muestra de afecto.

    Por desgracia, la bondad no se corresponde con las normas de destete occidentales, por lo que no te sorprendas si la simpática chica ofrece una salchicha a tu bebé de seis meses, o si el caballero te pone en la bolsa un paquete de galletas saladas rellenas de crema de frutos rojos.

  • Si estás desesperado y no sabes qué darle de comer a tu hijo durante el destete, recuerda que en cualquier lugar encontrarás arroz blanco. Y el arroz chino suele estar lo bastante blando como para comerlo tal cual. En muchos sitios también preparan sopas de arroz o alubias insípidas que pueden tomar los niños. Y lo más extraordinario es que les encanta.
  • Muchas actividades ofrecidas en las zonas turísticas están dedicadas al público infantil: al ser un poco ruidosas y muy coloridas, son una gran diversión para los niños que se aburren en las sillas de paseo. Es difícil explicar su éxito, pues son kitsch a más no poder, pero ese absurdo entretenimiento de colores, luces y sonidos conquistará el corazón de los más pequeños. Además, en las grandes ciudades, los centros comerciales y parques suelen contar con actividades de entretenimiento para los niños.

La tradición en la puericultura china de llevar a los niños sin pañales – Foto de Matteo Bosi

  • Si tú, papá, eres el primero que se pone a cambiar un pañal, te ganarás la aprobación del público chino femenino. Te abrirán las puertas de la clase business del tren para permitir que limpies el culo sucio de tu pequeño, aunque huela igual que un adulto descompuesto del estómago y te darán la bienvenida en la sala VIP del aeropuerto peor equipado que no garantiza un cambiador… (¡Guangzhou!), pero solo por ser padre y extranjero.
  • Como padre, seguro que te fijas en los hijos de otras personas, sobre todo en los pequeños chinos. También notarás que muchos de ellos van normalmente con el culo al aire: hay quien lo verá como una costumbre arcaica e incivilizada, pero querido padre del siglo XXI acostumbrado a los pañales, es el método de la abuela de ojos almendrados para acostumbrar a los bebés a usar el váter. Funciona así: a la primera señal, el adulto reacciona y se ocupa de la necesidad del bebé. No se programa, y los niños están donde les pille. Es tarea de la abuela encontrar el sitio apropiado. Poco a poco los pequeños se acostumbran a hacerlo al ordenárselo.

    Seal cual sea tu opinión ante esta exhibición de traseros infantiles, debemos dar las gracias a estas curiosas costumbres, pues permiten que no quedemos sepultados por montañas de pañales de los miles de millones de chinos que pueblan la tierra… No todos los culos al viento son exhibicionismo.

Prepárate para lo peor

La reserva de pandas de Chengdu es un sitio único para ir con niños, incluso con los más pequeños – Foto de Matteo Bosi

  • El cariño chino al ver bebés occidentales se demuestra de forma profusa. Te entrarán ganas de vomitar a fuerza de escuchar centenares de comentarios de los viandantes, que suelen ser de dos tipos: “Xiao baobao, hao kehai” o “Xiao baby, hao piaoliang”: la traducción sería: mira qué bonitooooo es ese niño o mira qué guapooooo. El problema de estos comentarios es que los hacen a pleno pulmón y no pasan inadvertidos.
  • Para empeorar aún más lo anterior, cualquier persona, hasta quien menos te lo esperes, querrá tocar a tu bebé: si te parece bien a ti, en el pie, si no, en las manos y en la cara, y todo eso AUNQUE ESTÉ DORMIDO. Si no sabes chino, un NO fuerte y contudente será suficiente; pero si quieres ser más específico, puedes decir “bie dong” que significa no toques.
  • Siempre a consecuencia del amor incondicional que sienten por los bebés occidentales, los encuentros suelen documentarse con fotos y vídeos sin ni siquiera pedir permiso a los padres. No se trata de fotos artísticas, sino de registrar todo lo que puedan para publicar la cara de un pequeño laowai (extranjero) en sus redes sociales, con los mismos comentarios mencionados más arriba. En mi caso, siempre me oponía a menos que fuera alguien conocido o que pidiese permiso explícito para hacer la foto (muy pocos casos).
  • La dura realidad de los baños públicos chinos pone a prueba a los estómagos más fuertes. La limpieza deja mucho que desear, sobre todo fuera de las grandes ciudades. Los servicios dedicados a los más pequeños solo se encuentran en los aeropuertos o centros comerciales de última generación y suelen ser zona de reunión de las señoras de la limpieza. Si viajas en coche no esperes nada de las áreas de descanso. Suelen estar abarrotadas de grupos de turistas salvajes y a los bebés se los cambia en el autobús.
  • Como dijimos más arriba, el acceso al metro se realiza por medio de escaleras mecánicas, mientras que solo hay ascensores en las líneas más modernas. Sin embargo, la antigua línea roja de Shanghai, repleta de gente, cuenta con diversos andenes sin alternativa a las escaleras: y aquí, donde imperan las prisas, es difícil encontrar a un alma caritativa que te ayude. En mi triste caso, tuve que llevar una maleta sola por las escaleras cuando estaba embarazada de siete meses y nadie movió un dedo para ayudarme. También he visto a abuelas realizar maniobras muy peligrosas para llevar al mismo tiempo niños y carritos. Chapeau, yo no podría hacerlo mejor, pero no hay nada que detenga a las abuelas chinas.
  • Durante las horas punta, no se recomienda usar el carrito ni ir con el niño de la mano no solo en el transporte público, sino por la acera. Lo mismo ocurre en los eventos importantes (como el Bund en Año Nuevo): pues el concepto de proxémica en China tiene acepciones diferentes al nuestro y prevalece la ley de la supervivencia, por lo que no es de extrañar que los niños en estas circunstancias no reciban el cuidado y las atenciones que se les suele prodigar.
  • Es una regla de oro aprender a usar enseguida las escaleras mecánicas si quieres sobrevivir en los centros comerciales. Hay varias técnicas, estúdialas en Youtube antes de partir. Además, las escaleras mecánicas chinas son más rápidas que las nuestras.
  • Los hoteles chinos, aunque sean “de lujo” no siempre disponen de cunas y camas pequeñas adicionales. En las grandes ciudades estarás más tranquilo. En China, los niños, incluso los más grandes, duermen en la cama con los padres para ahorrar dinero en el precio de la habitación. Es posible que, en tu idea de vacaciones, no entre la posibilidad de compartir cama… pero si te sirve de consuelo, en los hoteles de 3 estrellas en adelante, la cama es King size, por lo que habrá espacio para tu bebé de pocos meses. Clica aquí para encontrar los mejores hoteles de China.

¿Tienes alguna duda? ¿Algún dilema? ¿Alguna pregunta a la Esfinge? ¡Deja un comentario abajo!

Y buen viaje a vosotros y a vuestro pequeño explorador :-)

Photo Credits: Photos by Rita Andreetti

3 comentarios en “Viajar a China con un recién nacido – La guía completa”

  1. Para la vuelta al cole el peque me solicito una mochila de dora la explorada, donde se tienen la posibilidad de hallar?

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