Subiendo el monte Emei: Monos invisibles, camillas y bastones de defensa

En la cima del Emei Shan

Incluso si por el título podrías pensar que no se trata de un artículo serio, aquí encontrarás todo lo que necesitas saber para subir el Monte Emei y mucho más.

Al mismo tiempo, espero poderte arrancar una sonrisa contándote las rarezas de esta montaña sagrada :)))

El Monte Emei (o Emei Shan, en chino) tiene una altura de 3.099 metros y se encuentra a 150 Km al sur de Chengdu, la capital de Sichuan. A parte de ser una de las cuatro montañas sagradas chinas, es también Patrimonio de la Humanidad (UNESCO).

Para llegar desde Chenghdu se puede tomar el autobús que sale cada veinte minutos de la estación Xinnanmen (50 Yuan) o el tren (20 Yuan). El viaje dura cerca de noventa minutos. Otra opción es tomar el tren nocturno desde Kunming, capital de Yunnan. El billete cuesta unos 190 Yuan para una cama de segunda clase y se tarda alrededor de 12 horas.

¿Qué camino he escogí? ni uno ni el otro, llegué directamente del Lago Lugu, el hogar de la tribu casi matriarcal de los Mosuo que se encuentra en la frontera entre Sichuan y Yunnan.

Turista super fantastica

La manera más difícil para llegar al Monte Emei

Me levanto a las cinco de la mañana, me despido de Feng que debe regresar a Shanghai y consigo una minivan que me lleva a Lugu Lake City donde me subo a un autobús, después de siete horas, me abandona en Xichang, una pequeña ciudad al sur de Sichuan.

La razón por la que vine hasta aquí es que en Xichang para el tren Kunming-Chengdu, que me llebará hasta Emei Shan. Pero estamos en temporada alta y conseguir un billete no es fácil. Así que me veo obligado a elegir entre quedarme aquí dos días, o comprar un billete no numerado del tren que sale a las 22:10 y llega a Emei a las seis de la mañana. Elijo la segunda opción porque no hay nada que ver aquí (aparte del mercado de frutas donde venden sólo manzanas y melocotones).

Paso las siguientes ocho horas leyendo el El Arte de la Seducción de Robert Greene, un libro excepcional que cuenta la historia de los grandes seductores de todos los tiempos .

Subir a un tren chino nunca es fácil, especialmente en las ciudades de segundo y tercer nivel en el que siempre estas rodeado por campesinos. No es que haya nada malo en cultivar la tierra,personalmente descendiendo de campesinos, no tengo precisamente sangre azul. Pero los agricultores chinos no tienen la más remota idea de lo que significa «respetar la cola» o «no escupir en mis pies». Consigo subirme en mi vagón de última clase, donde no se asignan asientos y se aplica la ley de la selva. De hecho, del campo.

Intuyo que no va a ser un viaje fácil. No sólo no hay lugares libres – esto me lo esperaba – pero hay tanta gente que ni siquiera es posible sentarse en el suelo. El suelo también está cubierto con los huesitos de las patas de pollo, noodels podridos, cigarrillos y escupitajos.

Me paso la noche de pie, hablando con los campesinos que me hacen un montón de preguntas, fuman en mi cara y me ofrezen algunas de las manzanas que van a vender en el mercado de Chengdu. El problema no es tanto el olor a humanidad que impregna la cabina sino la cantidad de pasajeros que hace que sea imposible moverse. Y el baño, por desgracia, se encuentra a treinta metros de distancia. Lejos, demasiado lejos. Yo no sé la vuestra, pero mi vejiga le cuesta muchísimo resistir ocho horas, especialmente después de pasar la tarde bebiendo felizmente tè verde Longjing.

¿Un perro budista?

Finalmente en Emei Shan

A las seis de la mañana llego a mi destinación. La primera cosa que hago es correr hacia el baño. La segunda tomar un taxi hacia el Teddy Bear Hostel, que recomiendo ya que se encuentra en el pueblo de Baogou (报国寺), que está a sólo 500 metros a pie del monte. También ofrece internet gratis, una buena selección de platos chinos y occidentales y habitaciones lo suficientemente limpias, sobre todo si tenemos en cuenta que estamos en la zona rural china.

El taxi tarda diez minutos en llegar, y como el conductor se niega a encender el taxímetro, le doy 20 Yuan para hacerlo callar. La otra opción era tomar el autobús, que cuesta 1 Yuan.

Llego al albergue, que ni siquiera son las siete. Ellos me dicen que para el check-in me tendré que esperar hasta las diez. Parece razonable, pido un desayuno inglés completo y sigo leyendo las aventuras de Cleopatra y Casanova en El Arte de la Seducción.

Mi plan es quedarme dos noches en Emei y luego irme a Leshan. Paso el primer día deambulando, averiguo dónde tomar el autobús a Leshan (desde la estación que se encuentra a 100 metros a la izquierda del albergue, para que conste) y visito el templo budista de Baogou.

En la montaña hay tanta niebla que me parece estar en la llanura Padana!

Cómo escalar el Monte Emei

Stupid me.

Como de costumbre no he planeado nada de nada y no me doy cuenta hasta la hora de cenar, discutiendo con un sudoroso francés que acaba de regresar de la montaña, que un día no es suficiente para subir Emei Shan caminando. Y acabo de «perder» el día caminando en círculos concéntricos.

La mejor manera de subir Emei Shan es empezar por la mañana, subes hasta que estés muy cansado, pasas la noche en uno de los muchos monasterios que ofrecen alojamiento y comida a precios más que aceptables y continuas al día siguiente hasta la cumbre.

En este punto puedes decidir si tienes tiempo para quedarte una segunda noche y ver el atardecer y el amanecer, o bajar a la estación, que está a sólo tres horas de camino desde la cima y tomar el autobús que te llevará de vuelta a Baogou (cuesta 50 RMB y tarda unos 45 minutos).

Por desgracia, ya compré mi billete para Leshan y ya he pagado por el hotel (siempre en Leshan). Además todavía me quedan muchos lugares que visitar antes de que terminen las vacaciones. Así que decidido no extender mi estancia en Emei.

Esto significa que no puedo subir a pie el monte (de Baogou hasta la cima).

Cómo no escalar el Emei Shan

A la mañana siguiente me tomo el autobús hasta la mitad (cada veinte minutos desde la estación de tren, que está a 100 metros del albergue, el mismo lugar que los autobuses que van a Leshan y Chengdu) y luego caminar hasta la cima, donde me detengo media hora antes de volver a bajar y tomar el autobús que me lleva de vuelta a Baogou justo antes del atardecer.

El Monte Emei es un poco extraño…

Hay tres detalles que no puedo dejar de notar. Uno, hay una niebla de cagarse. Dos, la montaña está bastante llena: me da la impresión de estar en Nanjing Road, la única calle peatonal en Shanghai. Tres, todos ellos están armados con palos. ¿Será una nueva tendencia?

Sigo subiendo, y poco después, este cartel responde a todas mis preguntas:

Traduzco para aquellos que no hablan inglés:

«Estimados turistas,

algunos malditos monos a menudo aparecen en esta área. Le recomendamos que adentrarse solo en el camino y prestar atención a sus pertenencias. No alimente al monos bastardos.»

Ok, admito haber cambiado el adjetivo «salvaje» por «maldito» y he añadido el adjetivo «bastardo», pero el significado es el mismo.

Volviendo a la moda de los palos, la respuesta es que realmente se trata de una arma defensiva contra el ejército de simios asesinos.

En un punto de la ruta la multitud se reduce considerablemente. No es casualidad: a los turistas chinos les encantan los teleféricos, y acabo de pasar uno que promete llevarte hasta la cima. Me parece también que a los chinos les encanta que les lleven en camilla a la cima de las montañas sagradas del budismo …

La historia se vuelve más y más interesante: monos invisibles, teleféricos, bastones y camillas…

Continuo subiendo. De simios ni rastro. Para comensar me informo sobre los precisos de un pasaje en camilla:

Como se puede ver se emieza por 120 Yuan por 1,5 km hasta llegar a 2.310 Yuan por 35 Km, que creo que es la distancia ente Baogou y la cima de la montaña. Así que ser transportado en una camilla durante dos días en una montaña alta 3.000 metros cuesta alrededor de 300 euros. 10 céntimos de euro por metro. Interesante.

Después de unas horas llego a la cumbre. No, no me tomé la camilla-taxi. Lo juro sobre la cabeza de mi mono adoptivo.

Tengo que decir que el elefante de piedra y la hidra-buda de tres cabezas son impresionantes. Pero estoy triste porque no he visto a ningún mono. En este punto, no puedo dejar de pensar que había un fiesta de monos en la primera mitad de la montaña, que no he tenido la oportunidad de subir. Me consuelo con el hecho de que aquí, en la cumbre no hay rastro de la niebla.

Aquí estoy yo en la cima, así no piensas que me lo he inventado todo!

Mi heroína…

Ella es la protagonista de la jornada, ya que, aunque estamos a 35 grados, casualmente viste una chaqueta que te haría sudar a mares incluso a mediados de enero. ¿Por qué lo hace? No lo se. Pero lleva consigo nada más que dos palos … probablemente tiene pánico a las mordeduras de mono.

Sborto Hey, por cierto la heroína es la segunda persona que veo subir una montaña sagrada en chanclas. El primero fuiste tu en el Tai Shan!

OK, eso es todo por hoy! Si vas hasta Chengdu, te invito a pasar dos días en el monte Emei, porque vale realmente la pena. Si te encuentras con un mono hazle una foto y me la mandas por e-mail. Te estaré eternamente agradecido : )

Photo Credits: Photos by Sapore di Cina