Experimentando los diferentes tipos de masajes en China

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China es sin duda un paraíso para los amantes de los masajes, ya que se pueden encontrar masajes de calidad por precios muy razonables. Sin embargo, el paraíso se puede convertir en una pesadilla si no eliges bien el lugar.

Este ensayo, escrito por Ginés Olviares, en mi opinión es un vivo reflejo de las situaciones que uno se puede encontrar a la hora de hacerse un masaje en China. ¡Disfruta!

He sido un amante de los masajes toda la vida y los he tratado en todas partes que he ido, me encantan los que he experimentado en Hungría, en los famosos resorts termales de toda Europa, como también los de Centro América y de los paradisíacos hoteles en la región termal de chile. Existe y nadie puede negarlo una estrecha relación entre las aguas termales y los masajistas, al entregar el cuerpo a una caricia tan gratificante de las aguas calientes, se vuelve una necesidad masajear el cuerpo de manos expertas que relajan y liberan a nuestros cuerpos de tensiones y dolores.

Debo ser honesto y tampoco puedo olvidar los masajes en los países nórdicos donde el frío hace recurrir a la maravillosa sauna y todas sus conexiones, pareciera que no existe un lugar que no ofrezca un reparador recreo para tu cuerpo. En oriente destacaría el masaje thai que para mi ha sido una experiencia única, a veces no sabía si estaba disfrutando o me estaban masacrando, o el delicado masaje de una geisha que es una delicia reservada para grandes ocasiones. Sin embargo, en este relato quiero contar tres de mis experiencias en China.

Un masaje muy especial

Al llegar a Shanghái en un viaje esperado por muchos años y después de volar innumerables horas desde Miami al frío del invierno Chino, me sentía como que estaba trabado y no caminaba con la energía necesaria para conquistar la China del 2014, después de haberla visitado en el comienzo de la década de los 80 en mi luna de miel.

Desde la ventana de mi hotel en Nanjing Road, divisé un gran letrero con la palabra masaje en inglés y no quise descansar hasta llegar al lugar, donde me recibieron con un perfecto inglés y me ofrecieron té verde y unas zapatillas de casa que podría conservar. Este centro de masajes estaba localizado en uno de los altos edificios de Shanghái, con un altar a Buda en el centro de la recepción. Decidí tomar una hora de masaje corporal a un precio internacionalmente aceptable. De ahí pase a un cuarto pequeño con dos camas de masajes, té verde y mandarinas.

Un asistente me trajo un pijama grueso de algodón y por señas me dio instrucciones de sacarme la ropa y ponerme el pijama, esperé unos momentos hasta que llegó un muchacho de unos veinte años que no hablaba nada de inglés, pero si reía en todos los idiomas. Trate de explicarle que tenía una operación en la columna vertebral y que era reciente.

Comenzó su tarea y comencé a sentir el rigor del masaje chino hecho con las manos y los codos, lo primero que atacó fue mi espalda en el preciso lugar de mi operación, le dije y le repetí, pero no me escuchó ni menos entendió, esta era una verdadera masacre, no tenía piedad, me traté de incorporar dos o tres veces y este individuo siguió, cuando lo vi que se subía en una pequeña escalerilla y se montaba en mis piernas y atacaba mi cuello y cabeza desde arriba, me preocupé de experimentar algo totalmente diferente a lo que busque después de mi largo viaje.

Finalmente la alarma del reloj sonó y sentí como si la vida volviera a mí. Este señor desapareció por unos estrechos y largos pasillos típicos de las casas de masajes en China. Al salir, unos cuarenta y cinco minutos después, cuando me fue posible sacarme el ridículo pijama y reunir el coraje para caminar derecho, ya que me sentía mareado por la intensidad de los golpes, me dolía todo, todo.

Me despedí de la recepcionista y le regalé mi “Xie, Xie”. Enfilé mis pasos hacia el ascensor y en la puerta estaba el masajista riendo profusamente y con los brazos abiertos exageradamente esperando para abrazarme en una extraña y poco usual despedida, también tenía en sus manos el par de alpargatas que según él no podía olvidar.

Al salir del edificio, sentí el frío fresco de ese momento y caminando a cámara lenta me fui alejando hasta encontrar en la esquina una vendedora de cerezas frescas que alimentaron mi cuerpo y mi alma, e hicieron olvidar un poco el masaje, aunque no lo olvidaría por varios días, sobretodo cuando viajaba en los buses turísticos en otras ciudades.

cupping masaje chinaFamoso masaje chino con la técnica del cupping

Masaje liberador

Había dejado Shanghái para volar a Xi’an y enamorarme por vida de los soldados de terracota y también conocer a una familia china con la que compartiría el año nuevo lunar, esta familia se ha convertido en mi familia china e hicimos tanto en tan pocos días que mis pies los arrastraba de cansancio, por lo tanto el Tío Capo de la familia y un grupo de ocho miembros familiares decidieron llevarme para un masaje de pies y ventosas en la espalda.

El masaje de pies sumamente agradable y estando todos juntos en un gran salón la conversación era fluida, lógicamente gracias a mi amiga interprete, las muchachas muy amistosas, preguntándome de donde venía, que cuantas horas en tren o en bus tomaba llegar a mi casa, porque no usaba calzoncillos largos para el frío, porque mi piel estaba tan desmejorada por estar tan blanca como piel de gallina, y así muchas otras sabrosas preguntas que contestaba lo que saliera de mi boca, mientras ponía mis pies en un agua extremadamente caliente pero soportable.

De ahí me acostaron en la camilla y siguieron masajeando hasta la parte alta de las piernas sobre los pantalones, no sé si me agrado tanto pero no reclamé, ni siquiera me dejaron pagar.

Cuando descansábamos llegaron las bandejas con esas bellas bolas de vidrio para aplicar las ventosas y me hicieron acostarme de estómago y remover la camisa y con una mecha de fuego sacaban el oxígeno de la copa y la aplicaba en diferentes puntos de la espalda, creo que conté unas 20 bolas y luego me taparon para volver en 25 minutos, esta absorción de tu piel duele, duele digan lo que digan.

Los 25 minutos me parecieron una eternidad, cuando me sacaron las copas, fue una liberación y mis amigos pusieron una cara de sorpresa que me asusto. Las huellas de las ventosas son a primera vista un poco preocupantes, son círculos que se vuelven de color púrpura y que de acuerdo al color revelan un mensaje a los entendidos.

En mi espalda blanquísima estos “red dots” círculos rojos eran impresionantes hasta para mi familia China. Me advirtieron que no podía bañarme por 24 horas y esto fue otro impacto.

Ventosas frescas

En la noche después de la aplicación del cupping dormí como nunca lo había hecho y me sentí tan bien los siguientes días, que esta experiencia me ha llevado a investigar sin cansancio sobre las diferentes técnicas de aplicación de las ventosas que hoy perfectamente recuerdo eran populares en mi primera infancia en mi Chile natal.

Al dejar mi familia adoptiva, dejar la compañía siempre amable y sonriente de mi amiga que tradujo no solo las palabras sino el espíritu de cada una con fuerte pasión, volví mis a pasos a Beijing por un solo día, en el cual visité la gran muralla muy temprano en la madrugada, después una corta pero nunca menos interesante visita a la Ciudad Prohibida donde busque vestigios de la emperatriz Yehonala mi pasión de la dinastías chinas.

Salí de ahí alrededor de las seis de la tarde para comer en el restaurante más famoso y elegante con su especialidad el pato asado a las brasas. No tenía reserva así que me toco una espera larga de dos horas, me hicieron salir de este lugar cerca de las diez de la noche destrozado de cansancio y por las nuevas experiencias.

Caminando por el Wangfujing boulevard y entrando al lobby del iluminado hotel, logré distinguir hacia la izquierda otro gran letrero con la palabra mágica; ”massage”, mi cansancio no fue problema para desviar mi paso hacia el lugar, había que bajar a un subterráneo y te saludaba el dueño, una cajera y un peculiar personaje que hablaba un poco de todos los idiomas más conocidos, me recomendó un masaje con aceite para una relajación total, no tenía ganas de discutir precio ni condiciones y acepte usando mi tarjeta de crédito.

Antes de dirigirme al usual pasillo, este muchacho de unos 25 años me contó que era un pintor de paisajes y también manejaba la técnica de escribir preciosamente los caracteres chinos y me mostró su sala de exposición de muchas obras, me preguntó mi nombre y en un momento, dibujó unos caracteres que significarían mi nombre y mis excelentes características como persona y que solo me costarían 67 dolares y podría pagar con tarjeta de crédito, al mismo tiempo me mostraba otros cuadros de paisajes que sólo costaban de 200 a 300 dolares y él mismo los podría embalar sin demorarse.

En ese momento lo único que pensaba era en la habitación de mi hotel y especialmente en su cama grande y confortable, ya que eran alrededor de las once de la noche y mi avión partía de Beijing a Miami a las diez de la mañana siguiente. Afortunadamente una de las asistente me llamó y me entregó una tarjeta con el número 16 y me acompañó hasta el cuarto con ese número.

Un lujoso cuarto con paredes rojas y bordes negros me esperaba, extremadamente limpio y con un olor agradable que invitaba al descanso, la asistente me paso un pequeño calzoncillo de material descartable y me pidió que me cambiara y sacara el resto de la ropa y abandono el cuarto. Me cambié y me recosté sobre la camilla, en segundos apareció la masajista con un pequeño balde con un líquido aceitoso y tibio.

Hablaba un poco de inglés y era una mujer delgada de aproximadamente unos 38 años, me pidió permiso para derramar un poco del aceite en mi espalda y de ahí continuó por mi cuerpo con una suavidad poco tradicional del masaje chino.

Me dormí profundamente y sólo desperté cuando me pidió que me diese vuelta para masajear el frente de mi cuerpo desde la frente hasta los pies. Volví a despertarme cuando con otra muchacha acarreaban una tina pequeña de metal con bastante agua tibia y me pidió alzarme y entrar en la tina para lavar mi cuerpo del aceite, tenía unas toallas blancas que sacaba de otro recipiente con agua caliente y restregaba mi cabeza, cara y todo el cuerpo una y otra vez, no me di cuenta que había perdido el calzoncillo desechable y que me encontraba totalmente desnudo, pronto terminó de lavarme y me secó con toallas calientes que parecían de seda, en ningún momento sentí algo cercano a un masaje con tinte sexual, sólo que me encontré desnudo en un momento de plena satisfacción del cansancio del día. Y así termino mi masaje de 90 minutos y que ha sido uno de los más reparadores de mi vida.

Al vestirme y salir para dirigirme al hotel me esperaba el artista con tres cuadros envueltos y un pequeño papel con mi nombre y calidades escrito en caracteres chinos por el módico precio de 478 dolares en el cual ya había incluido una rebaja substancial por la amistad que habíamos desarrollado.

Me costó otra media hora deshacerme de este personaje que peleó, discutió, rogó y maldijo porque no le compraba su arte, después que había tenido que esperarme hasta la una de la madrugada para nada. Otra vez mis experiencias me ataban a China con más fuerza y decisión.

masaje en shanghaiNanjing Road, Shanghai

Masaje peligroso

Es difícil sentarse a escribir una experiencia en la cual uno ha sido culpable por falta de cuidado y preocupación cuando se encuentra en un ambiente desconocido, pero las verdades se cuentan con el valor que da estar tranquilo con uno mismo.

Así fue como en mi tercer viaje a China para el festival de Octubre llegue a Shanghái para emprender el regreso después de visitar, Guangzhou, Chengdu, Tíbet y muchas otras ciudades que solo pudieron encantarme más y más. Llegaba a Shanghái desde Guangzhou un lluvioso domingo de noche a un confortable hotel ubicado en la parte más concurrida de Nanjing Road, al mediodía siguiente saldría para América.

Arreglé mis cosas y me cambié de ropa abrigándome algo y salí a comer a un restaurante de mariscos al frente del hotel, eran alrededor de las nueve de la noche y decidí caminar en Nanjing RD en dirección opuesta al Bund, buscaba un Starbucks Café para ocupar el wifi y matar un poco de tiempo, en la caminata, la calle peatonal se veía desierta por la lluvia, no faltaron las muchachas jóvenes y lindas ofreciendo un masaje personal que de masaje no tiene nada pero que así se publicita aquí y en muchos lugares del mundo.

Llegué hasta el café donde estuve una media hora y comencé mi camino hacia el hotel. Mirando hacia los edificios altos encontré un letrero de masajes y mi cuerpo se resistía a no pensar en un masaje gratificante. Sin embargo, me di cuenta que era el mismo lugar en el cual había tenido una experiencia difícil hace unos meses atrás, por lo tanto seguí caminando.

No más de veinte metros después y desde el mismo edificio apareció una muchacha con algunos papeles en la mano y un porta documentos que abrió para elegir otros catálogos. Al verme que la miraba se acercó inmediatamente y me ofreció los mejores masajes en la ciudad por un precio similar al anterior, me mostró catálogos con los diferentes masajes y preguntó cual era mi predilección. Le contesté que solo quería un masaje de cuarenta y cinco minutos a la espalda y sin aceite esta vez, quería volver al hotel temprano.

La chica hablaba un inglés envidiable y me contó que estudiaba su master en la universidad, seguidamente llamo en su celular y hablo algo en chino que no entendí. Al terminar la llamada me dijo que no debía pagar nada hasta llegar a la casa de masajes y que a ella si yo quería le podría ofrecer una propina por la gestión.

Le pregunte donde se encontraba el sitio y ella respondió que dos cuadras en la misma Nanjing Road y me invitó a caminar con ella hasta la recepción del lugar, caminamos conversando animadamente hasta una intersección de una calle importante, donde ella se subió a un taxi que estaba estacionado. Suspicaz, le reclamé que no me había dicho que deberíamos tomar un taxi.

Ella respondió que no le había entendido, que solo eran cinco minutos y que porque llovía no debíamos caminar y que ella pagaría el taxi. Me subí con bastante desconfianza y grabé en mi mente el número de patente del taxista, pero tal cual ella había dicho solo eran unos cinco minutos de distancia y todavía podía ver Nanjing Road al bajarme del taxi. Era un local con luces fuertes y decía masajes y discoteca.

Subimos juntos hasta el segundo piso, nos recibió una mujer de unos 50 años que también hablaba inglés, muy gentil que me preguntó qué masaje quería y si necesitaba algún otro servicio. La música era estridente y le dije que no concebía masajes con esa música, me dijo que provenía de la discoteca, pero en el cuarto de masajes no oiría nada, le pregunte el precio y me dijo que serían 60 Yuan y que me los cobrarían en el cuarto para no mezclar el dinero con el de la discoteca.

La chica que me había traído se despidió de mi e ingresé al famoso pasillo hasta llegar al cuarto número 4 con una puerta con la parte superior con un vidrio transparente, me senté a sperar al masajista y apareció una muchacha joven vestida normalmente con una cerveza en una bandeja y un vaso. La chica me indico que esta era la cerveza que había ordenado, le repliqué que no había pedido una cerveza, pero para no provocar problemas me la tomaría.

Ella no hablaba más que un inglés pobrísimo y le pude entender que eran 60 Yuan y que vendría a darme el masaje cuando pagara en recepción y me señaló la camilla de masajes diciéndome que me sacara la camisa y me acostara boca abajo. Alcancé a probar unos sorbos de la cerveza y me preparé para esperar, se demoró solo unos minutos y volvió.

Comenzó su masaje en la parte cervical hacia abajo sin mostrar ninguna falta de experiencia y continuó con sus cuarenta y cinco minutos de masaje contratado. Cuando ya termino la parte superior, me pidió que me sacara los pantalones para seguir con las piernas, me saqué los pantalones y quede con mis “boxers”, al acercarse a los 40 minutos me toco la espalda y me mostró un condón en su empaque, me senté en la camilla y le explique que no estaba allí por eso.

Pero ahora con un inglés más desarrollado me dijo que para que perder el tiempo, si ya estaba allí y me costaría sólo 100 Yuan más, le dije que no, que gracias y comencé a vestirme, la ventana dejaba ver lo que pasaba en el cuarto y la recepcionista vino a preguntarme si tenía algún problema y le dije que no, que solo me iba.

Entonces, responde que debo pagarle la cerveza y va a buscar la factura, un minuto más tarde ingresan al cuarto dos individuos; uno chino de cuerpo normal y el otro negro e inmenso. El chino se identificó como el Gerente General de este club exclusivo y traía en su mano una factura que me quería entregar para el pago.

Yo le pregunté porque tanto protocolo para cobrarme una cerveza, se rió fuertemente y le tradujo al negro en un idioma o dialecto que no comprendí, el negro reía exageradamente de forma ridícula, y me pasó el papel para el pago inmediato, lo único que pude entender fue el monto, 29.500 Yuan, aproximadamente 4.900 dolares.

Me dirigí al Gerente y le dije: ¿Qué es esto? Me dijo que era lo que yo había consumido, un masaje completo con sexo seguro, una cerveza, un Whisky para la masajista y el registro como nuevo miembro de este exclusivo club de masajes.

Le expliqué, lo que había hecho desde el minuto de llegar allí. Y que ya había pagado 60 Yuan por el masaje y lo único que le debía era una cerveza. El gerente hablaba un inglés perfecto y habló de moralidad y que era un representante de la inmoralidad al no querer pagar lo que había consumido. Luego, les tuve que decir que no podía pasar toda la noche discutiendo necedades, me dijo que por favor pagara y todo olvidado, entonces le expliqué que solo tenía 30 yuanes conmigo y que se los podía dar.

Ahora abrió la boca el negro y me dijo que me revisaría, buscaron incesantemente toda mi ropa y yo totalmente desnudo en una esquina del bendito cuarto, me amenazaron de ir a mi hotel a buscar mi tarjeta para pagarse y yo les recordé que al lado de hotel había una ruidosa estación de policía.

Seguidamente, me pidieron que les mostrara mi reloj y no les interesó porque era de una marca barata y desconocida. Estaban histéricos y le pregunté, que harían si me castigarían, ya habían pasado dos horas. En ese momento el gerente perdiendo su paciencia y con un estilo teatral, me dijo que me vistiera y que me expulsaba de su club y que no volviera nunca más, lo único que perdí fue mi cajetilla de cigarros que el negro confiscó sin decir absolutamente nada.

Salí rapidísimo, al llegar a la escalera de salida un muchacho que trabajaba allí, me dijo la palabra taxi e hice un movimiento de cabeza y le pude dar 10 Yuan cuando volvió con el taxi, sentí que algo me devolvía la vida. Esta experiencia me ha dado una enseñanza que no olvidaré, seguiré con los masajes por el resto de mi vida, pero con un cuidado que debe ser cauto y respetuoso.

Preguntas frecuentes

¿Se dan propinas por los masajes en China?
Las propinas no son parte de la cultura china y nunca he dado propina a nadie cuando vivía allí. De hecho, muchos restaurantes, hoteles y centros de masaje rechazan las propinas. Así que no es necesario dar propina por los masajes.
¿En qué consiste el masaje chino antiguo?
El masaje chino antiguo se ha utilizado durante miles de años y recibe el nombre de Tui Na. El masajista no solo realiza el masaje sino también acupresión y más.
¿Cuáles son los beneficios del masaje chino?
Aumenta el vigor y la energía, mejora la salud cardiovascular, disminuye la presión arterial, mejora el sueño, aumenta la inmunidad, etc.
¿Cuánto cuestan los masajes en Shanghai?
Shanghái se ha vuelta más cara en la última década y debes prever un gasto de entre 25 y 40 dólares estadounidenses si visitas un centro de masajes limpio y decente. El masaje de pies es más barato y una hora te costará entre 15 y 25 dólares estadounidenses.
¿Para qué sirven las ventosas en la medicina china?
La terapia de ventosas puede aportar diversos beneficios, como aumentar el flujo sanguíneo, aliviar el dolor de cuello y espalda, relajar la tensión muscular, reducir la ansiedad, las migrañas, etc.
¿Se puede hacer terapia de ventosas a diario?
Debes esperar hasta que las marcas rojas hayan desaparecido para volver a realizarla. Por lo general, basta con dos veces por semana.
¿Puedo ducharme tras la terapia de ventosas?
Debes evitar ducharte antes y directamente después de una sesión de terapia de ventosas ya que la piel puede sufrir congestión superficial.
¿Qué es el masaje de personas ciegas?
Como indica su nombre, durante un masaje ciego (conocido como Mangmu Anmo, 盲人按摩) una persona ciega masajea tu cuerpo, pues al tener ceguera, sus otros sentidos están más desarrollados. Tienen más sensibilidad en el tacto y pueden encontrar las zonas engarrotadas con mayor facilitad.

Bio

Ginés Olivares es un chileno nativo de Valparaíso afincado en Estados Unidos desde hace 35 años, es doctor en lenguas y literatura, viajante incansable y escritor aficionado. Actualmente trabaja en una ONG dedicada a la formación y la búsqueda de empleo a personas con discapacidades físicas y mentales en Miami.

Photo Credits: Creative Commons License Foot Massage by erwinkarim
Creative Commons License Fire cupping-6 by · · · — — — · · ·
Creative Commons License Nanjing road Shanghai by L1mey

9 comentarios en “Experimentando los diferentes tipos de masajes en China”

  1. Unas técnicas de las miles que podemos ver en estas regiones del país, a mi me encanta como las desarrollan en este continente, sobre todo las tailandesas son geniales.

  2. Yo vivo en Shanghai y siempre voy a tres centros:
    – ZEN Massage (varias localizaciones),
    – Uno estupendo que esta en 599 Jiangning rd, precio entre 70CNY- 120 CNY un food + shoulders massage fantástico,
    – Jiangning rd- Beijing en el 2nd floor en un mini centro comercial.
    A veces da reparo y se ha de tener cuidado, soy deportista y me doy masajes bastante a menudo pero lo de las ventosas no lo pruebo ni de coña ;-) !!! Gracias por el articulo, saludos

  3. Nunca estuve en china pero parte de mi familia es de este pais y el mejor masaje que he probado es el Tui Na, tecnica milenaria descendiente del anmo, y gracias a esta gran tecnica me gano la vida en mi pais

  4. Muy bueno el artículo.
    La verdad es que yo siempre que voy a Shanghai intento hacerme algún masaje.
    Yo acostumbro a ir con mi mujer, que es shanghainesa. El problema es que hace mucho tiempo que vive conmigo en Barcelona y este tipo de establecimientos ha proliferado sobre todo desde que ella se fue (pensemos que un porcentaje muy importante de masajistas vienen de la china rural atraídos por el boom económico y ese boom empezó en los últimos noventa) así que nos cuesta diferenciar los locales «honestos» de los «turbios». Porque yo al principio pensaba que un local con cuatro o cinco chicas en pijama sentadas en sofas NO es un sitio adecuado. Pero aunque sea Shanghai, en los extrarradios la gente en verano (sobre todo los que vienen de zonas rurales) no tienen muchos reparos en estar en sus negocios con ropa cómoda, así que eso no siempre es una pista.
    Este último viaje, tenía la espalda muy cargada, así que decidimos darnos un masaje (con mi mujer). Después de descartar los locales de chicas en pijama nos metimos en el local de un señor con bigote y su mujer que hacían masaje «terapéutico». Después de rechazar amablemente un plus de pringue medicinal el hombre se aplicó salvajemente sobre mi columna. Cuando acabó me dolía la espalda y continuó doliéndome tres días, el primer día me costó dormir. Al tercer día dejo de dolerme y entonces ya me dolía otra vez la contractura. Mi mujer tuvo mejor suerte y la señora del masajista con bigote no tenía tanta fuerza.
    Oto día (tras descartar otros sitios que nos parecieron sospechosos) probamos suerte en un local con pretensiones (recepción, pantalones y zapatillas desechables, te para beber…) parecía algo más caro pero bueno, había que probar. Contratamos un masaje de pies con un poco de masaje de espalda. A estos locales con tanto pasillo y puertas cerradas me ponen un poco nervioso pero la verdad es que este sitio fue genial, el masaje de pies muy bueno (con un extra de aceite especial que nos ofrecieron) y el masaje de espalda-cuello fueron muy buenos. Curiosamente en este centro te cobraban en función de la pericia del masajista en una escala con tres o cuatro niveles.
    Por desgracia lo descubrimos casi en el momento de irnos, si no hubiésemos vuelto.más veces. Lástima que para la próxima vez que vaya seguro que ya no está, como todos los negocios en china.

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